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martes, 30 de mayo de 2017

¿ Qué debe saber el niño de su alergia?


El niño informado sobre su alergia

Siempre he sido alergica. Una rama de mi familia tiene un problema inmunitario que hace que seamos más propensos a ellas. No recuerdo vivir sin alergia porque con 1 año ya tenía y con 4 ya pasé pruebas cutáneas a bebidas carbonatadas y resultaron positivas.
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Fuente:  https://www.guiadebebes.com/images/bebe_alergia1.jpg
No soy psicóloga pero, desde mi experiencia de más de 40 años como alérgica en una sociedad donde apenas había niños que la padecieran, opino que debemos de informarles de forma clara y sencilla para que entiendan lo que supone en su vida y el porqué.

Entre mi mami y un estupendo pediatra aprendí que:
  •  Las burbujas no eran naturales ( el agua del grifo o de los ríos no tienen ) y que había cosas químicas dentro que me dañaban.
  • Las bebidas con burbujitas hacían que me salieran granos y se me inflamara la boca y eso era peligroso porque no me dejaría respirar.
  • Era especial porque era delicada, a mi cuerpo no le gustaba eso y hacía que lo rechazara.
  • A nunca aceptar, bajo ningún concepto una bebida con burbujas, porque era muy malo para mí.
 Y fuí al cole con las ideas muy claras. No fué fácil, la gente no te cree o quiere convencerte para que tomes cosas, pero os aseguro que los padres no están siempre y lo mejor es tener a los peques bien informados.

Los niños necesitan saber que les pasa, por qué les pasa a ellos y que hacer al respecto. Por eso tenemos primero que informarnos bien nosotros, después hay que explicarselo con palabras adecuadas a su edad y sobre todo frases cortas ( por ejemplo: soy alérgica a las burbujas, si tomo no puedo respirar) y por último y más importante deben saber que hay que hacer en caso de reacción.

Ahora hay más conocimiento y conciencia en la sociedad que en los años 70 y 80, pero falta aún mucho por hacer.

Por si os ayuda,  yo llevé durante años con mucho orgullo una cadenita con una chapa que indicaba mis peores alergias ( sobre todo a los antibioticos ), mi nombre y teléfonos de contacto. Os puedo asegurar que eso me ayudó muchas veces delante de personas adultas que no me creían ni tomaban en serio, me aportaba credibilidad.

Los niños son fuertes pero la ignorancia es su peor enemigo. Un niño que sabe explicar lo que le pasa y no tiene miedo a rechazar un alimento es un niño más seguro.




    

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