Médico especialista en Alergología. Servicio de Alergología e Inmunología Clínica del Hospital Santiago Apóstol, Vitoria-Gasteiz
El Anisakis es
un parásito cuya larva adulta (o L3) se detecta a simple vista en la
cavidad abdominal de muchos pescados marinos. Tiene una longitud
aproximada de 2 a 3 cm, y un aspecto filiforme de color blanco-rosado.
Pertenece a los denominados nematelmintos
(gusanos cilíndricos), cuya forma adulta habita en los grandes mamíferos
marinos. De todas las enfermedades que pueden ocasionar los alimentos
procedentes del mar, las principales parasitosis que afectan al hombre
occidental son las de la familia Anisakis, o
anisákidos, con una distribución global en los cinco continentes. Las
especies de anisákidos responsables de la parasitación humana pertenecen
al género Anisakis simplex y, en menor medida, al Pseudoterranova decipiens, también llamado gusano del bacalao.
Pero los humanos no somos un hospedador adecuado para este parásito, de
modo que habitualmente no se completa su ciclo vital en la especie
humana, al no ser capaz de desarrollarse para alcanzar la etapa adulta.
El humano se puede considerar por lo tanto un hospedador accidental
(véase ciclo biológico).
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Fuente: http://www.webconsultas.com/sites/default/files/styles/encabezado_articulo/public/temas/anisakis_1.jpg?itok=zCMuOkvs |
¿Dónde se halla habitualmente el
Anisakis?
El Anisakis es
un parásito complejo y requiere para su reproducción de un ciclo
biológico que incluye varios hospedadores pertenecientes al ecosistema
marino. El parásito adulto suele encontrarse en el estómago de gran
variedad de mamíferos marinos —hospedador definitivo—, en particular
cetáceos (ballenas, delfines, marsopas, orcas, narvales), y más
raramente en pinnípedos (focas, leones marinos y morsas). En los
estómagos de estos grandes mamíferos marinos las larvas alcanzan el
estado adulto y la madurez sexual, de modo que se expulsan los huevos
fecundados al mar a través del aparato digestivo por las heces del
hospedador definitivo. Los huevos expulsados alojan la larva en su
estadio inicial (L1), desde el que ha de madurar hasta L3. Dicha larva,
para alcanzar la madurez necesaria antes de parasitar a los peces, pasa
por otros hospedadores intermediarios (eufásidos o diminutos crustáceos
del plancton) presentes en el krill
oceánico. Los peces, los cefalópodos y las ballenas adquieren la
parasitación al alimentarse de plancton o al ingerir a su vez otros
peces contaminados previamente con larvas de anisákidos. Muchas
variedades de peces comestibles pueden albergar larvas en estadío L3 en
la musculatura más próxima a su abdomen, formando ovillos en el paquete
visceral, o enquistadas en el músculo más próximo a la cavidad
abdominal.
¿Cuáles son las especies de peces que pueden contener larvas de
Anisakis?
Se considera que cualquier pescado marino
es susceptible de estar parasitado por larvas de anisákidos. Entre las
numerosas especies de peces y cefalópodos que sufren la parasitación,
muchas son de importancia comercial, como el arenque, la sardina, la
anchoa, el salmón, el abadejo, la merluza, la bacaladilla, la locha, la
caballa, el bonito/atún, el rape, el rodaballo, el jurel o los
calamares, entre otros. La cantidad de larvas y su distribución dentro
del pez dependen de sus hábitats marinos y de sus hábitos alimentarios:
en los peces que se alimentan de eufásidos (bacaladilla, arenque,
caballa), las larvas se alojan mayoritariamente en la cavidad abdominal y
vísceras, mientras que en aquellos que se alimentan de otros peces
(abadejo, bacalao, merluza, locha, rape) son abundantes en la
musculatura que rodea la cavidad abdominal del pez. Algunos pescados de
nuestros caladeros están altamente parasitados, especialmente los
ejemplares de merluza (Merluccius merluccius),
que es una de las especies más consumidas en fresco en nuestro entorno;
otras especies, como el gallo o el verdel, sufren menor parasitación y
representan un riesgo más bajo. Las larvas de Anisakis pueden
estar también presentes en los moluscos cefalópodos (calamares, pulpo),
pero no en los bivalvos (ostras, almejas, mejillones, berberechos,
etc.), ni en los mariscos (crustáceos), ni en los peces de río como la
trucha o la carpa.
Numerosas especies de peces y cefalópodos sufren la parasitación por Anisakis. (Créditos, F. 142)
¿Cuáles son los platos de pescado que entrañan riesgo de adquirir parasitación por anisákidos?
Aunque existen otros parásitos del pescado, los casos de parasitación humana por Anisakis
han sido descritos en todos los continentes, y en los países
occidentales las especies de anisákidos son prácticamente las únicas que
se deben tener en cuenta. Sin embargo, la parasitación humana más
frecuente entre las originadas en el consumo de pescado es la
opistorquiasis; ahora bien, su distribución está limitada al Sudeste
Asiático donde, sólo en Tailandia, la sufren más de seis millones de
personas. Las infestaciones humanas por parásitos del pescado se asocian
a hábitos alimenticios que incluyen el consumo de pescados crudos o
insuficientemente cocinados, al ingerir parásitos vivos presentes en
pescado crudo o que han sobrevivido a un cocinado insuficiente (se
trata, por lo tanto, de una contaminación biológica de los pescados y no
existe riesgo de contagio persona a persona). Los hábitos de consumo de
pescado pueden variar mucho en función de las tradiciones y de la
cultura culinaria. Así, se consideran platos de riesgo en la transmisión
de anisákidos el sushi y sashimi japoneses, los arenques salados o ahumados típicos de Holanda, el gravlax nórdico, el lomi-lomi hawaiano,
el cebichesudamericano y los boquerones en vinagre españoles, entre
otros platos. No obstante, estos platos se consideran seguros si se
elaboran con pescado previamente congelado, como se verá después en las
normas recomendadas.
TABLA 1. Platos de pescado que entrañan riesgo de adquirir parasitación por elaborarse con pescado crudo o insuficientemente cocinado
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País
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Alimento (especialidad de pescado)
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Todos
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Sushi, sashimi, pescado ahumado, sprat (arenque, salmón, caballa, bonito, atún)
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Todos
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Cebiche sudamericano (lenguado, pejerrey, caballa, bonito, mero, pulpo, calamar, corvina, tiburón)
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Dinamarca
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Arenque ahumado y/o en salazón
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Italia
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Anchoas marinadas
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Escandinavia
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Gravlax (salmón)
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España
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Anchoas en vinagre (boquerones)
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Alemania
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Rollmops (arenque)
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Holanda
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Nieuwe (arenque)
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¿Qué tipo de enfermedades puede producir?
El Anisakis produce,
al ingerir alimentos contaminados por él, dos cuadros clínicos: la
parasitación del tracto digestivo, y reacciones alérgicas cuya
sintomatología puede variar desde la urticaria hasta el choque
anafiláctico. Cuando ambas situaciones coinciden en el tiempo, hablamos
de anisaquiasis gastroalérgica. Se detallan a continuación:
- Parasitación o infestación (anisaquiasis o anisakidosis).
Se considera una zoonosis (enfermedad humana transmitida por los
animales) y se adquiere por el consumo de pescado o cefalópodos crudos o
insuficientemente cocinados que alojen larvas vivas, ocasionando una
infestación que puede afectar a cualquier individuo expuesto de la
población general. Los síntomas dependerán de la parte del tubo
digestivo implicada. La mayoría de los casos han sido descritos en
Japón, ya que sus costumbres alimenticias incluyen platos de pescado
crudo. Sin embargo, en los últimos años se ha observado un aumento del
número de casos en países europeos.
- Anisaquiasis gastroalérgica.
Se define como un cuadro alérgico agudo típicamente acompañado de
síntomas digestivos gástricos, y es consecuencia de la suma de los
síntomas de una parasitación aguda y su correspondiente respuesta de
anticuerpos desencadenada por el parásito. Depende también en gran
medida de los hábitos dietéticos de la población. En Japón, de todas las
anisaquiasis (infestaciones con parásito vivo), se calcula que el 10%
se acompaña de urticaria. En nuestro país se ha relacionado
principalmente con el consumo de boquerones en vinagre, sobre todo en la
Comunidad de Madrid y comunidades adyacentes.
- Alergia a Anisakis.
Cuadro alérgico agudo que se produce al exponerse a pescado parasitado,
como respuesta a un contaminante biológico del pescado (Anisakis) y
no frente a las propias proteínas del alimento. No ocurre en la
población general y no requiere que el pescado esté crudo en el momento
de su consumo. Se da generalmente en sujetos adultos, que no han
presentado nunca alergia a pescados ni a otros alimentos. Los síntomas
más comunes son los cutáneos, aunque también hay casos de anafilaxia
(acompañados de síntomas respiratorios, digestivos, hipotensión y hasta
choque). La alergia al parásito Anisakis es posible que no pueda llegar a ocurrir sin una parasitación previa, aunque la cuestión no está del todo aclarada.
- Otras enfermedades (de forma mucho más rara):
rinoconjuntivitis y asma ocupacional en pescaderos y otras personas que
manipulan pescado en su trabajo, gastroenteritis eosinofílica,
dermatitis proteínica, urticaria de contacto, urticaria crónica,
artritis reactiva…
Anisakidosis y anisaquiasis
A lo largo de los años se han empleado
diversas palabras para nombrar la parasitación por anisákidos. Durante
los años cincuenta, tras la descripción de los primeros casos, se
utilizó el término anisaquiasis en la bibliografía. Aunque dentro de la
familia anisakidae se pueden diferenciar
tres géneros diferentes, tanto su aspecto como sus ciclos biológicos y
su comportamiento en los humanos son bastante similares. Posteriormente,
dada la complejidad de la identificación de estos parásitos, un grupo
de expertos en 1988 recomendó la utilización de términos diferenciados:
- Anisakidosis: Familia Anisakidae en general, que incluye las tres siguientes.
- Anisaquiasis o anisaquiosis o anisakidosis: Género Anisakis.
- Pseudoterranovosis: Género Pseudoterranova.
- Contracecosis: Género Contracaecum.
¿Cómo son los síntomas de la reacción alérgica a estos parásitos?
Lo más común es un cuadro alérgico agudo
que se desencadena habitualmente entre 15-30 minutos y 2 horas tras
comer pescado. Es más frecuente que tenga lugar en sujetos adultos,
entre los 40 y 70 años, y que la reacción se atribuya a medicamentos o a
otros alimentos, dado que los sujetos habían tolerado estas mismas
variedades de pescado a lo largo de toda su vida. Los signos y síntomas
detectables son los siguientes:
- En la piel: urticaria con habones generalizados
pruriginosos, y en ocasiones angioedema (hinchazón deformante de la piel
de los párpados y/o labios).
- En el aparato digestivo: dolor abdominal, sensación de plenitud, náuseas, vómitos y/o diarrea.
- Cuadro generalizado o anafilaxia, con sus síntomas
típicos: urticaria, picor palmoplantar y en genitales, acompañados de
síntomas respiratorios y digestivos, mareo, pérdida de conciencia y
sensación de muerte (véase capítulo 36). A diferencia de los síncopes
más banales (de tipo vagal), los sujetos afectados por un choque
anafiláctico no están pálidos ni sudorosos, sino con lesiones de
urticaria, hinchazón facial y generalmente dificultad respiratoria.
¿Estas enfermedades son nuevas?
No son enfermedades nuevas, pero se están
diagnosticando con mayor frecuencia en los últimos 15-20 años, debido a
que su conocimiento ha mejorado considerablemente y a los cambios en los
hábitos de consumo del pescado. Ya en 1955 se detectó en Holanda por
primera vez la presencia de un gusano tipo nematodo en un paciente con
un problema intestinal relacionado con la ingestión de pescado ahumado, y
que motivó una posterior legislación sobre el congelado previo de los
pescados ahumados destinados al consumo crudo. A partir de entonces, la
mayoría de los casos han sido descritos por autores japoneses, puesto
que sus costumbres alimenticias incluyen platos de pescado crudo. En los
últimos años se ha observado un aumento del número de casos de
parasitación y gastroalergia en Europa, y concretamente en España. Este
dato no es de extrañar, ya que España es uno de los países que más
pescado consume dentro de la Unión Europea y se encuentra en el segundo
grupo de países consumidores a nivel mundial (entre 30 y 60
kg/persona/año).
Desde 1995, en España se han descrito centenares de casos de alergia al parásito Anisakis simplex,
que se ha convertido en un antígeno más que incluir en las baterías
habituales de pruebas para el estudio de alergia alimentaria y
anafilaxia. La primera paciente descrita (procedente del Hospital
Santiago de Vitoria) había presentado episodios repetidos de anafilaxia,
siempre tras comer merluza, tolerando el mismo pescado de forma
habitual entre los episodios. El diagnóstico se basó en pruebas cutáneas
(prick-test) con un extracto realizado de
forma artesanal tras identificación del parásito. La sospecha
diagnóstica se confirmó mediante técnicas de laboratorio.
En cuanto a la anisaquiasis gastroalérgica, se
describió por primera vez de manera detallada en el año 2000; y de
momento la frecuencia con la que aparece —al depender en gran medida de
los hábitos dietéticos de la población— aún no se puede establecer en
las diferentes regiones españolas, aunque se estima que es más elevada
en la zona centro (área de Madrid).
¿Qué síntomas produce la parasitación por
Anisakis?
Una vez ingeridas por el hombre, las larvas
penetran a través de la mucosa del tracto digestivo gracias a la acción
de diversas enzimas. La forma clínica de presentación dependerá de la
parte del tubo digestivo a la que afecte el parásito, y así se
distinguen tres formas clínicas: gástrica, intestinal y ectópica.
FIGURA 1. Mapa de consumo de pescado en Europa (kg/persona/año)
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El consumo de pescado en España sólo es superado, entre los países europeos, por Portugal, Holanda y Dinamarca.
Forma gástrica:
los síntomas aparecen unas pocas horas (< 12) después de comer
pescado poco cocinado, coincidiendo con el momento en que la larva
penetra en el tracto digestivo. La localización gastroduodenal es la más
frecuente (70% de los casos). La persona afectada se ve aquejada de
dolor muy intenso en la zona alta del abdomen, náuseas y vómitos.
Forma intestinal:
los síntomas aparecen en las 48-72 horas siguientes a la ingestión del
pescado contaminado con larvas. Suelen consistir en dolor abdominal
agudo, náuseas, vómitos y alteración del ritmo intestinal con
estreñimiento o diarrea; incluso son posibles cuadros de obstrucción
intestinal. Las lesiones suelen aparecer en la zona final del intestino
delgado llamada íleon terminal (zona cercana al apéndice) y los síntomas pueden parecerse a una apendicitis aguda.
FIGURA 2. Ciclo biológico del Anisakis simplex
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Extragastrointestinal o ectópica:
en raras ocasiones, las larvas perforan completamente la pared gástrica
o intestinal, alcanzan la cavidad abdominal y migran a diferentes
localizaciones: peritoneo, pulmón, páncreas, hígado… Cuando esto ocurre,
en los casos más graves puede ser necesaria la cirugía. En otras
ocasiones aún más raras, las larvas son capaces de remontar desde el
estómago hasta la orofaringe, y se produce la expulsión de la larva con
la tos.
¿Se diagnostica la parasitación por
Anisakis como otras parasitaciones del aparato digestivo?
La parasitación por larvas de Anisakis
es peculiar en varios aspectos con respecto a otras parasitaciones: En
primer lugar, entre el 90-95% de los casos está ocasionada por una sola
larva; en segundo lugar, es posible que la larva se expulse por el
tracto digestivo o incluso migre a localizaciones ectópicas; y
finalmente, el ser humano no es un hospedador adecuado para el parásito.
Estas peculiaridades hacen que los diagnósticos coprológicos
(investigación de parásitos y sus huevos en heces) no sean útiles, a
diferencia de otras parasitaciones digestivas. De hecho, la endoscopia
es la prueba de rutina más habitualmente empleada en el diagnóstico
cuando el parásito se encuentra en lugares accesibles. Un examen
endoscópico del estómago, duodeno o colon suele permitir la
visualización de la larva confirmando el diagnóstico y realizando al
mismo tiempo —a través del propio endoscopio— la extracción de las
larvas por medio de unas pinzas. Las larvas y las lesiones asociadas
suelen encontrarse distribuidas predominantemente en el estómago. Si la
endoscopia se lleva a cabo en las primeras horas del inicio de los
síntomas, podemos observar incluso la larva viva penetrando en la
mucosa. Las endoscopias de los casos crónicos revelan imágenes parecidas
a un tumor gastrointestinal o a una úlcera gástrica.
¿Existen otros métodos diagnósticos además de la endoscopia?
Además de la endoscopia —que sirve tanto
para el diagnóstico como para el tratamiento de la anisakidosis— son
posibles otros métodos, como el análisis de anticuerpos (serología), la
toma de biopsias o la radiología, que pueden confirmar un diagnóstico de
sospecha clínica.
Serología. El
sistema inmunitario humano, una vez que entra en contacto con los
antígenos del parásito, da lugar a la aparición de una respuesta en
forma de anticuerpos de varios tipos (IgG, IgM e IgE). La IgE total (o
policlonal) se eleva en las parasitaciones agudas y va descendiendo de
forma paulatina. La IgE específica frente al parásito se eleva durante
los primeros días que siguen a una reinfestación, y estos niveles se
pueden mantener altos durante meses. Existe alta reactividad cruzada con
antígenos procedentes de otros parásitos, sobre todo para anticuerpos
IgG o IgM.
Biopsia. En los
casos agudos, las biopsias del tubo digestivo muestran las erosiones del
parásito en la mucosa; en los crónicos, permiten ver al microscopio
granulomas con restos de cutículas de la larva.
Radiología. En
los últimos años se han descrito lesiones características tanto en la
ecografía como en la tomografía computarizada (TAC) que sugieren
parasitación activa por anisákidos.
¿Cómo se hace habitualmente el diagnóstico de alergia a
Anisakis?
Como todo estudio de alergia, se debe
comenzar por una historia clínica compatible. En este caso supone una
reacción de tipo alérgico (urticaria acompañada o no de otros síntomas
de anafilaxia) en el contexto de haber comido pescado en las 4 horas
previas a la reacción.
- Pruebas cutáneas (prick-test,
prueba intraepidérmica): consisten en la aplicación de un extracto del
parásito y de los pescados en forma de gota en el antebrazo que a
continuación se punciona con una lanceta y se mide la reacción en un
período de 10 a 15 minutos. Como control positivo se utiliza clorhidrato
de histamina que ocasiona un característico habón, y como control
negativo solución salina. Las pruebas deben efectuarse por personal
experto y ha de tenerse en cuenta que algunos fármacos pueden
invalidarlas. Para confirmar el diagnóstico, las pruebas deberían
resultar positivas para el extracto de Anisakis y negativas para los pescados u otros alimentos ingeridos de forma concomitante.
- Determinación de IgE específica: se suelen llevar a
cabo ensayos de cuantificación de anticuerpos específicos del tipo IgE
mediante la técnica denominada FEIA (fluoro-enzimo-inmunoensayo
CAP-System, Phadia, Uppsala, Suecia). Esto da lugar a una serie de
valores, con un rango entre 0,35 y 100 kU/l. Para la mayoría de
alérgenos, los valores superiores a 0,35 kU/l se consideran positivos,
pero en el diagnóstico de alergia a Anisakis
es habitual encontrar valores positivos bajos sin relevancia clínica.
Teniendo en cuenta que un extracto de Anisakis es una mezcla compleja de
sustancias, ciertos pacientes alérgicos a mariscos o ácaros pueden
responder de manera inespecífica a algunas de esas sustancias
—reactividad cruzada—, con resultado de falsos positivos, con valores
bajos de IgE específica. Así, sólo se consideran de valor diagnóstico
niveles altos de IgE específica (más de 3,5 kU/l).
- Otras pruebas in vitro.
Además de la determinación de IgE específica, se pueden realizar otros
análisis más precisos de reconocimiento de antígenos, que no están
disponibles en todos los servicios de Alergología y se suelen utilizar
con fines de investigación. Algunas de estas técnicas son inmunoblotting, test de activación de basófilos (TAB) y estudio de componentes alergénicos (microarrays), entre otros.
¿Cómo se trata actualmente la parasitación? ¿Y la alergia a
Anisakis?
El tratamiento más efectivo de la
anisakiosis gástrica es la extracción de las larvas durante la
endoscopia, lo que conlleva la confirmación diagnóstica y la
consiguiente desaparición de la sintomatología en pocas horas. La
anisakiosis intestinal, en ocasiones, hace necesaria la realización de
intervención quirúrgica y resección del fragmento afecto; aunque a
menudo un tratamiento conservador mediante sueroterapia y antibióticos
puede ser suficiente para la curación. En la anisakiosis del colon se
puede realizar con éxito la extracción de las larvas mediante
colonoscopia. Si bien se han investigado numerosos tratamientos
antiparasitarios (antihelmínticos) como el pamoato de pirantel, el
tiabendazol o la ivermectina, en la actualidad no existe un tratamiento
farmacológico efectivo de la anisaquiasis.
Los síntomas de alergia al Anisakis
se tratan como otras reacciones alérgicas: fármacos antihistamínicos,
corticoides, broncodilatadores o adrenalina, en función de los síntomas
que acuse el paciente. Siempre habrá que estar atentos a los síntomas
digestivos para indicar en su caso una endoscopia, ante la sospecha
clínica de una parasitación concomitante con la reacción alérgica. En
caso de sospecha de reacción alérgica a Anisakis
se debería remitir al paciente a su alergólogo en el plazo de 15 a 45
días tras la reacción. En caso de reacción grave (anafilaxia), se suele
adiestrar al paciente y a sus familiares cercanos en el manejo de
adrenalina autoinyectable, junto con fármacos antihistamínicos y
corticoides, así como recomendar siempre una visita a un centro médico
para constatar la mejoría y controlar la reacción.
¿La alergia a
Anisakis afecta por igual a toda la población?
A diferencia de otras personas que sufren alergia alimentaria convencional, los pacientes alérgicos a Anisakis simplex
muestran características inesperadas, como la falta de antecedentes de
alergia en su historial, y su media de edad elevada (entre 40-70 años).
Estos datos discrepantes hacen pensar que puedan existir otros factores
favorecedores de la respuesta alérgica en este rango de edades. Entre
los factores que se barajan como favorecedores se encuentran la toma
habitual de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), así como de algunos
fármacos hipotensores (inhibidores de la enzima conversora de
angiotensina, betabloqueantes), omeprazol o antiácidos, entre otros.
¿Cómo se puede prevenir la parasitación por
Anisakis?
Una de las principales medidas de control
de esta zoonosis es informar a la población sobre los riesgos que
conlleva el consumo de pescado crudo o insuficientemente cocinado. Los
nematodos contenidos en la musculatura del pescado pueden sobrevivir a
varios tipos de prácticas gastronómicas. Así, las larvas de Anisakis
pueden mantenerse viables hasta 25 días en mezclas de sal y vinagre, y
si disminuye la concentración de sal, manteniendo la concentración de
ácido acético constante, la supervivencia se puede prolongar hasta 119
días.
A pesar de que se han intentado varias
estrategias para conseguir la muerte larvaria antes de su consumo, el
congelado rápido (menos de –20º C) durante al menos 48 horas, y el
cocinado que alcance temperaturas superiores a 60º C, durante al menos 2
minutos en el interior de la pieza, parecen seguir siendo las medidas
más eficaces para evitar la parasitación en humanos.
Es probable que la patología inducida por Anisakis simplex
haya pasado inadvertida durante mucho tiempo, ya que en ocasiones una
parasitación leve y transitoria que conlleve la expulsión de forma
natural del parásito se ha podido confundir con una simple
gastroenteritis. Sin embargo, las patologías producidas por Anisakis
en humanos en los últimos años se han dado a conocer no solamente entre
los alergólogos, sino también entre otros colectivos médicos
(generalistas, intensivistas y servicios de Urgencias), así como en
veterinarios que inspeccionan alimentos. Este conocimiento de la
patología proporciona las bases para diagnosticar mejor la enfermedad
por un lado, y por otro, para poner en marcha los mecanismos de control y
prevención adecuados.
En la situación actual, lo más razonable es
seguir con nuestra vida normal; el pescado es muy importante en nuestra
dieta y el conocimiento de los riesgos que pueda suponer su consumo no
debe hacer que cambien nuestros hábitos alimenticios en el sentido de
restringirlo. La población general debería comer con normalidad
cualquier clase de pescados comprados con las garantías sanitarias
vigentes en nuestro país (donde entre otras medidas, la legislación
obliga a congelar el pescado que se vaya a consumir en crudo), y
cocinarlos según las medidas habituales de higiene y las recomendaciones
referidas en cuanto a emplear de forma adecuada la temperatura de
cocción y el tiempo necesarios para garantizar la seguridad de su
consumo. Es importante tener en cuenta los platos de riesgo y evitar la
ingestión de pescados crudos que no hayan sido previamente congelados.
¿Y cómo se puede prevenir la alergia al
Anisakis?
Los pacientes con reacciones alérgicas a Anisakis confirmadas deberían seguir las siguientes recomendaciones:
1. Opción más prudente en casos de reacciones muy graves:
- Evitar pescados marinos y cefalópodos (calamares,
sepias, pulpo). Los pescados de río, los moluscos bivalvos (almejas,
ostras, mejillones, berberechos, etc.) y los mariscos (crustáceos) son
seguros.
- Llevar consigo el tratamiento de adrenalina si se come fuera del domicilio.
2. Opción práctica:
- Cocinar el pescado convenientemente.
- Abstenerse de comidas que contengan pescado fuera del domicilio.
- Evitar las especies de pescado más parasitadas y
los pescados pequeños, con objeto de no ingerir la musculatura adyacente
a la región abdominal de pescados marinos (merluza, bacaladilla,
bacalao, locha, anchoas, salmonetes, etc.). Ingerir —previa inspección
visual— la parte de la cola de pescados con menos presencia de parásitos
(atún, bonito, caballa, gallo).
- Reconocer el parásito y retirarlo para no ingerirlo, en caso de encontrárselo en el pescado.
Posiblemente a largo plazo, el consumo de
pescado bien cocinado y precongelado pudiera reducir no sólo la
incidencia de parasitación por Anisakis, sino también de alergia al parásito, que es posible que no pueda llegar a ocurrir sin una parasitación previa.
¿Son seguros los pescados de piscifactoría en los casos de alergia?
En el año 2010, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, o European Food Safety Authority (EFSA),
elaboró un documento sobre la seguridad del pescado procedente de
piscifactoría en lo concerniente a las reacciones alérgicas al Anisakis, y llegó a las siguientes conclusiones:
- Las prácticas habituales de producción de salmones
de piscifactoría aseguran por el momento una probabilidad muy baja de
contener parásitos, y por lo tanto el riesgo de infección por parásitos
es despreciable en la actualidad.
- Con respecto al resto de productos pesqueros
procedentes de la acuicultura, hay poca información disponible que
permita identificar qué especies criadas no presentan un peligro para la
salud en relación con la presencia de parásitos, si los productos son
consumidos crudos o casi crudos.
¿Qué factores pueden influir en la aparición de alergia al
Anisakis?
Los factores de riesgo para que se produzcan reacciones alérgicas a Anisakis
difieren de los clásicos factores de riesgo en alergia a alimentos
(edad infanto-juvenil, múltiples alergias alimentarias, presencia de
asma mal controlada, etc.). En el caso de la alergia a Anisakis, sólo
pueden considerarse dos factores: comer fuera del domicilio y la
ausencia de adrenalina disponible. Los pacientes con reacciones graves
frente al Anisakis no son atópicos
(predispuestos genéticamente a padecer alergia) y comienzan con esta
patología a una edad media. El hecho de consumir pescado crudo o poco
cocinado sí predispone a desarrollar una respuesta alérgica en el
futuro, bien porque no pueda llegar a ocurrir alergia a Anisakis
sin una parasitación previa, o bien porque una exposición al parásito
vivo sea capaz de estimular la respuesta de anticuerpos de forma más
eficaz que con el parásito muerto.
En estudios estadísticos de reacciones graves
se ha demostrado que la edad y los niveles altos de IgE específica (CAP)
son los factores de riesgo asociados. Hay situaciones que parecen
incrementar las posibilidades de presentar una reacción alérgica a este
parásito, más frecuentes a partir de los 40 años de edad:
- La pérdida o alteración de la función de la barrera
digestiva por la toma de AINE u otros medicamentos que dañen el
estómago, o por el consumo de inhibidores de la bomba de protones (como
el omeprazol) y/o antiácidos.
- Toma simultánea de fármacos para la hipertensión: inhibidores de la enzima conversora de angiotensina (IECA), betabloqueantes.
¿Existen vacunas frente al
Anisakis?
La posibilidad de desarrollar vacunas
frente a alimentos se está investigando en los últimos años,
fundamentalmente con el objetivo de eludir situaciones de riesgo en los
casos de reacciones graves, con pequeñas cantidades del alimento
(trazas). Por el momento, esto no es factible con relación al parásito Anisakis.
En la actualidad se están investigando muy a fondo las distintas
fracciones de antígenos, o alérgenos, del parásito, lo cual va a ser sin
duda un avance en el diagnóstico y puede abrir la viabilidad de
vacunación en el futuro.
¿Cuál es el estado actual de la investigación sobre la alergia a estos parásitos?
Los cambios en los hábitos de vida como
comidas exóticas, viajes frecuentes, y, probablemente, el aumento de la
expectativa de vida con los tratamientos que ello conlleva, hace
previsible en la población general un incremento de factores
favorecedores de reacciones alérgicas a estos parásitos. Sin embargo, en
los últimos años se asiste a importantes avances en el conocimiento de
la patología inducida por este parásito. En este sentido, desde los
profesionales sanitarios hasta el sector pesquero, los comerciantes, la
población en general y la administración, se ha avanzado en la difusión
del conocimiento de estas enfermedades, con el consiguiente efecto
facilitador de la prevención y diagnóstico precoz.
Se espera un avance significativo en el
conocimiento de técnicas diagnósticas rápidas para identificar a los
pacientes que simplemente han estado expuestos al parásito (llamados sensibilizados)
y diferenciarlos claramente de los que corren riesgo de padecer una
verdadera reacción alérgica. Se está investigando también sobre nuevas
técnicas diagnósticas basadas en los antígenos purificados, lo que
favorecería la discriminación entre pacientes con verdadera alergia,
sensibilizados (sujetos con análisis positivos sin manifestar reacciones
alérgicas), y aquellos con simple reactividad cruzada (sujetos con
análisis positivos, pero sin manifestaciones de alergia al parásito,
sino a otros alérgenos como ácaros del polvo doméstico).
Fuente: http://alergiafbbva.es/otras-enfermedades-alergicas/39-alergia-al-anisakis-simplex/